Buscar este blog

viernes, 20 de julio de 2012

Expertos (tercera parte)

Expertos 2 parte

Vuelvo a coger el hilo. Hoy en día, los expertos tienen más trabajo que nunca, pues los problemas que tenemos son inmensos, tanto en cantidad como en cualidad. Parece mentira que en esta situación aun queden expertos en paro, entendiendo por experto a una persona cualificada, por ejemplo una licenciada. Digo licenciada porque creo que el paro es mayor entre las mujeres que los hombres, aunque puedo equivocarme. Lo que es seguro es que ellas, en general, ganan menos que ellos en igual posición profesional. Las causas deberían ser investigadas por los expertos pertinentes (quizá los sociólogos).
Mi conclusión inexperta es que algo falla en el sistema. Quizá el sistema sea demasiado complicado. Quizá la propuesta de los psicólogos de que seamos los inexpertos los que busquemos soluciones a nuestros problemas sea acertada. Quizá simplificar sea cuestión de vida o muerte.


Fin

Dedicado a Louis Sachar que con su novela "Hoyos" consiguió que mi hijo leyera en alemán más de dos horas seguidas.

miércoles, 18 de julio de 2012

Expertos (segunda parte)

Expertos 1 parte

Sin embargo, profesionalmente, nunca me dediqué a la ingeniería en el sentido estricto de la palabra, en mis contratos de trabajo nunca apareció el término ingeniero industrial, ni siquiera ingeniero a secas, creo que por razones de conveniencia para mis empleadores. Curioso, no? Porque según los expertos, el país necesita a personas formadas, entre otras, ingenieras. Extranyo que luego no se las contrate como tales. El caso es que mi principal actividad profesional ha sido la de mantenedor de instalaciones de calefacción y energía solar térmica y, si en algo me puedo considerar experto, sería en el ajuste de quemadores de gas y gasóleo. Para el ajuste de estos quemadores se necesita un aparato llamado analizador de combustión. Todos conocemos el analizador de combustión de la ITV (Inspección Técnica de Vehículos), es la varilla, que, al final de la inspección, meten por el tubo de escape para saber si los gases que salen son simplemente contaminantes o contaminantes de cojones. Perdón, acabo de utilizar una palabra que un estudiante de espanyol como lengua extranjera no debería conocer y mucho menos utilizar. Los cojones son los testículos, palabra que todo estudiante de espanyol como lengua extranjera debería conocer y saber utilizar en un contexto adecuado. El problema es que si digo que los gases expulsados por el tubo de escape de un coche son contaminantes de testículos, da pie a confusiones, ya que el órgano más afectado creo que son los pulmones, aunque debería ser un experto, llamado médico, quien diera su opinión.

Fin de la segunda parte.

Expertos 3 parte

lunes, 16 de julio de 2012

Expertos (primera parte)

Soy experto en nada, es decir, no soy experto. Esto no significa que soy nada. Qué serían los expertos sin los inexpertos?
Se supone que los expertos resuelven los problemas que los inexpertos creamos, así que somos su razón de ser y yo me siento orgulloso de ayudar a los expertos a resolver mis problemas.
Curiosamente, algunos expertos, llamados psicólogos, me explican que ellos no pueden resolver mis problemas sino únicamente ayudarme a que yo mismo encuentre una solución. Cierto, los psicólogos son una clase de expertos bastante enrevesados. Prefiero los expertos técnicos, por ejemplo, un experto en energía nuclear. Aunque no tengo el gusto de conocer personalmente a un experto nuclear, sospecho que la inmensa mayoría me recomendaría la energía nuclear como una energía barata, limpia y segura para resolver el problema del abastecimiento eléctrico de mí país. No dudo de que sus recomendaciones fueran sinceras y ellos estuvieran convencidos de que es la mejor solución. Yo, aunque tengo una opinión al respecto, no la expreso aquí, porque no soy experto en energía nuclear.
Muy interesante es el experto en el saber llamado filósofo. Quizá sea el experto por excelencia, el origen de todos los expertos, una especie de Neandertal del cual evolucionaron las especies de expertos contemporaneas. Los filósofos, a diferencia de los mamut, todavía no se han extinguido, y no me preguntes que pinta un mamut en esta historia, pero los filósofos podrían encontrarse en peligro de extinción. Creo que el trabajo principal de los filósofos consiste en hacerse preguntas, como por ejemplo, "de dónde venimos y a dónde vamos". A veces hacen afirmaciones contradictorias, como "Todo lo que sé es que no sé nada." Con está afirmación intenté pasar un examen de ética, que suspendí. Soy inexperto en filosofia, que no es lo mismo que filósofo inexperto, realmente el orden de las palabras altera el resultado, cosa que no ocurre en la multiplicación ni en la suma. Quizá por eso estudié una ingeniería. Se me está yendo el santo al cielo. Qué expresión más incomprensible. En alemán se dice: Estoy perdiendo el hilo. La expresión alemana me parece mucho más comprensible que la espanyola (perdón, no tengo enye en el teclado alemán) con sus santos y vírgenes, católicos apostólicos, bien, como decía, me gusta la simplicidad y decidí estudiar ingeniería cosa que me permite decir tres por cuatro o cuatro por tres ya que lo mismo es.

Fin de la primera parte.

Expertos 2 parte

lunes, 25 de junio de 2012

Vestidas o desnudas


Cuando vivía en Aquisgrán, Brita, estudiante de filología alemana, me invitó a su cumpleaños. Vinieron muchos invitados, sobre todo amigas suyas. Era verano y las jovenes veinteañeras, exhuberantes, deleitaban mis sentidos con sus cortas faldas, generosamente rellenas, sus esplendidas piernas y los amplios escotes que prometían pechos abundantes. Cada chica resaltaba con habilidad las partes de su cuerpo que consideraba más seductoras, ensalzando sus encantos.

La fiesta duró hasta bien entrada la noche y, como era sábado, quedamos en ir a nadar a un lago para el día siguiente.

Acudieron al lago muchas de las amigas de Brita. Lo que yo no sabía era que íbamos a una playa nudista. Mientras todas se desnudaban, yo me desesperaba buscando un escondrijo para ponerme el bañador. Los otros hombres del grupo, que eran muy pocos, no me servían de refugio, desaparecían entre la multitud de mujeres. La mejor forma de disimular el bañador era metiéndome en el agua inmediatamente. Brita, naturalmente desnuda, vino a mí socorro y nadamos alejándonos del grupo. Pasado el primer susto pude reaccionar por fin y mientras nadábamos, me quité disimuladamente el bañador. Al cabo de un rato volvimos al grupo y, observando las mujeres de cerca y de lejos, me llamó la atención, que si la noche anterior cada una de ellas me había parecido muy diferente de las otras, con su especial atractivo, ahora, apenas veía diferencias entre unas y otras. Vestidas eran mucho más seductoras que desnudas.