Los niños hablan español

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Algunos veranos, la madre y su hijo rubio viajaban a Alemania a pasar unas semanas con la familia materna.

El niño disfrutaba estos viajes, en los que él era el rey de la casa, la alegría de sus tias y abuela. Durante algunos años fue el único nieto y sobrino.

En casa de la abuela, todo era diferente, colores, olores, sabores, sonidos, el idioma, fuera de casa la luz, el aire, la tierra y la vegetación, sus sentidos descubrían un nuevo mundo.  

Un día, saliendo al bosque con su tio, encontraron a otros niños. El niño rubio les habló en castellano. Su tio, en alemán le preguntó: < ¿Pero porqué no les hablas en alemán como a mí ?>
< Pero tio, > le contestó el niño, < sólo los adultos hablan en alemán, los niños hablan en español. >

Hasta ese momento no había conocido niños alemanes y le era imposible imaginar que existiesen niños que hablasen alemán.

Pecado original

El pecado original es aquel que cometemos completamente inconscientes, pues nos parece estar haciendo lo más normal del mundo.

Sube al coche y arranca.

¿No entiendo por qué no funciona?

A la vuelta de un viaje de dos semanas, ma chere Lucie, comenta durante la comida a mi madre que los fuegos de la placa de inducción de la cocina no funcionaban y ha tenido que llamar al técnico para que se los reparase.

"No entiendo cómo puede averiarse la placa estando tú de viaje", le dice mi madre a Lucía.

"Mamá, hoy en dia ya no hace  falta pulsar el botón equivocado, estás anticuada, hoy los electrodomésticos ya se rompen solos."




Aunque, esta anécdota me recuerda a mis tiempos de servicio técnico para instalaciones de calefacción, cuando, a menudo, el primer comentario de un cliente, al recibirme, era:

"No entiendo cómo esta caldera no funciona."

Un día me pilló de mala leche y contesté:

"Curioso, yo lo que no entiendo es cómo funciona."

Se fue un poco asustado, como pensando "Joder, hoy me ha tocado el técnico loco."

Afortunadamente, al cabo de media hora el quemador ronroneaba suavemente y la temperatura del deposito de agua caliente aumentaba a ojos vista.

Por cierto, en el caso de los quemadores de gasóleo, la gran mayoría de las averías no se debe a la obsolescencia programada, sino a las impurezas del combustible que obstruye filtros e inyector, impidiendo la alimentación del quemador.